Durante 12 horas permanecieron en pánico los habitantes de la ciudad Nueva Escocia en Canadá, pues sin motivo alguno, Gabriel Wortman, de 51 años, uno de sus habitantes enloqueció y asesino al menos a 17 lugareños.
La comunidad estaba en confinamiento obligatorio, las autoridades habían solicitado a todas las familias que cerraran sus casa con llave y de ser posible pasar la cuarentena en los sótanos. “Se trata de un lugar muy seguro, donde todos nos conocemos, nadie imaginó que necesitara protegerse de un vecino, por lo que cerramos con la condiciones de seguridad mínima” indicó un habitante de la ciudad aterrado. Wortman quien fue reconocido por la comunidad como un técnico en prótesis dental y tenía su negocio en el centro de la ciudad.
El sábado en la noche el hombre dejó su familia en casa y salió a disparar, las autoridades indicaron que probablemente ya tenía sus víctimas identificadas, ya que asesinó algunas y generó incendios en sus casas. Lo que hizo que la policía se ocupara de los incendios y solo unas horas después descubrió los cuerpos sin vida. También la línea de emergencias recibió llamadas en las que las personas indicaban que un hombre caminaba por la calle con armas en las manos y parecía perturbado.
Debido al encierro de la gente fue difícil denunciar los cuerpos sin vida, un experto forense indicó que los últimos asesinatos fueron no planeados, que perdió el control y empezó a asesinar a quien tuvo la mala suerte de encontrarselo y algo que confundió profundamente a todos es que Gabriel usó un disfraz de policía, debido a esto las personas que lo veían desde sus ventanas no sabían si era el asesino o quien los venía a ayudar.
Al final decidió quitarse la vida con la última bala que le quedaba. Hasta el momento se posiciona como el asesino en serie más grande del país y se desconoce por completo los motivos que llevaron a este hombrea tomar esta decisión, ya que era identificado como una persona exactamente igual a cualquier vecino.