A muchas mujeres y hombres nos ha pasado, nos llevamos la sorpresa de estar ocupados en alguna labor de la casa y de repente, nuestro compañero masturbándose, como si estuviera solo.
Las primeras preguntas que surgen son, ¿por qué no me buscó? ¿Qué pasa conmigo que ya no quiere que lo hagamos?
Bueno el primer error es pensar que por el hecho de tener una relación estable o por convivir con alguien las personas pueden dejar de masturbarse.
Es absolutamente normal que lo haga, la pregunta correcta sería ¿por qué tú no lo haces?
La masturbación es la parte que nos permite auto-conocernos y descubrir nuestras preferencias en el sexo, solamente cuando sabemos bien que es lo que me satisface puedo sostener una relación realmente placentera y pedirle a tu compañero que te haga las cosas que te gustan.
Las sensaciones que el cuerpo experimenta en una masturbación son diferentes a las que se sienten cuando se tienen relaciones con una persona.
No se trata de una perdida de deseo hacia ti, tampoco se trata que esté insatisfecho, solo se trata de querer probar un bocadillo delicioso de vez en cuando.
Ahora tu reacción debe ser de tranquilidad, seguramente te sorprenda y quizá hasta te moleste, pero piensa que es preferible que lo haga como algo normal en su casa y no escondido de ti.
Te sugiero que trates de vincularte una vez lo descubras, permítele que continúe y obsérvalo, trata descubrir que cosas le gustan o que movimientos repite y tu trata de copiarlos cuando estén juntos.
Pero lo que definitivamente calentará a tu chico es que tú también te masturbes frente a él, deja todo, síguele el juego y seguro será una experiencia inolvidable para los dos, quizá hasta la quieran repetir.