Raquel tiene 35 años, es profesora de colegio, dicta español en primaria, aunque algunas veces ha dictado otras materias.
Ha tenido diferentes relaciones, novios que eran otros profesores generalmente, pero ninguno la hacía feliz, también estuvo con un vecino que resultó ser un mujeriego empedernido y se había acostado con todas.
Paso varios años soltera, pero no le molestaba, en vacaciones viajaba con algunas amigas, siempre era muy dedicada a su trabajo, realmente lo amaba y siempre pensó que el amor llegaría.
Un día estaba en una salida del colegio y allí conoció un profesor de otro colegio, quien se interesó en ella y empezaron a hablar, ella iba despacio sentía poca confianza por los hombres.
Después de salir un par de veces, el profesor le presentó a un primo y ella quedó flechada con el hombre, cuando vio que el primo le correspondía no dudo ni un momento en ser sincera.
– Tengo que decirte algo, sin tanto rodeo, me presentaste a tu primo y me encantó, realmente me gusta más que tú y me voy a dar una oportunidad con él
– Pero a él le gusta picar con una mujer y otra, te va a hacer sufrir
Decía el profesor entre confundido y molesto.
La discusión repitió los mismos argumentos durante un rato, pero Raquel concluyó:
– No te estoy preguntando tu opinión, te lo digo para que sepas por mí y no te sorprendas cuando nos veas.
Así fue Raquel y Juan Pablo empezaron una relación apasionada y divertida, sin embargo el profesor tenía razón este nuevo novio no era del todo fiel.
Estuvieron juntos durante dos años, en los que Raquel estuvo a punto a de pillarlo con otras mujeres, pero nunca lo concretó, siempre tuvo dudas, señales, pero nunca lo pudo comprobar.
Había en particular una compañera de oficina de la que Raquel dudaba mucho, pero como siempre no logró demostrar nada.
Un día después de una fuerte pelea, por celos, Juan Pablo fue hasta la casa de Raquel, le llevó serenata y le pidió que se casaran, no quería perderla.
Ella pensó que casándose todo cambiaría y podría confiar en su esposo y sus problemas se solucionarían, además estaba muy enamorada.
Pusieron una fecha y una semana antes del matrimonio, Juan Pablo le dijo que se iba a despedir de su vida de soltero.
Que durante esa semana no se verían y que él estaría de rumba con sus amigos, pero que desde su día especial estarían juntos para siempre.
Raquel aceptó, era el último empujón y estaría tan ocupada con los detalles de la boda, sin embargo algo en el corazón no la dejaba estar del todo tranquila.
Llegó el día esperado, estaba nerviosa y feliz, habló con Juan Pablo la noche anterior y parecía estar tranquilo sin tanta rumba, le dijo que se quedaría en casa con su mejor amigo, solo hablando y tomando algo.
La cita era a las 3 pm y ella llegó 3:07, como toda novia que se respete, dijo.
Pero Juan Pablo no estaba, esperó y esperó a las 3:30 lo llamó y no le respondió, pidió a los demás que lo llamaran y no le contestaba a nadie.
Su mejor amigo dijo que habían estado juntos hasta la 1 pm porque él debía recoger a su novia para llegar juntos al matrimonio.
Nadie sabía del novio, a nadie le contestaba y el pánico se apoderó de todos.
En un momento Raquel pensó que Juan Pablo estaba en la casa de la compañera de trabajo de la que tanto dudaba.
Eso estaba en su mente desde días antes por lo que decidió ir a buscarlo, se subió al carro de su hermano, con él al lado y condujo hasta este sitio.
Llegó golpeando duro y gritando, pero Juan Pablo no estaba allí, no lo habían visto tampoco, ni la compañera, ni su esposo ni sus hijos.
Estando allí entró la terrible llamada, Juan Pablo había sufrido un accidente de tránsito camino a la iglesia y perdió la vida.
A Raquel no le quedó más remedio que llorar eternamente.
Otro intento
Pasaron unos meses y decidió darse una oportunidad en un sitio de citas en internet, conoció a alguien en otra ciudad, hizo clic con él y empezó a enamorarse nuevamente.
Después de un tiempo de hablar a diario, él la invitó a su ciudad a conocer su casa, su familia, su gente.
Ella dejó todo y organizó viaje a esta ciudad que realmente era un pueblo muy pequeño, su hermano le pidió que no lo hiciera.
Pero ella sentía que podía ser su última oportunidad y sin pensar en nada viajó.
Extrañamente el nuevo hombre no llegó a la parada del bus por ella, como habían quedado, en su lugar una mujer que dijo ser su hermana y la condujo hasta la casa.
Al llegar le dieron la terrible noticia, la noche anterior había tenido un problema respiratorio y no pudieron llevarlo a un centro médico, falleció sin conocerla.
Su familia fue muy amable, le dijeron que se quedara unos días, que los acompañara y ella accedió.
Empezó a conocer a todos los de la pequeña ciudad y se dio cuenta que los niños no iba a la escuela.
Entonces empezó a darles clase a los niños, la gente del pueblo le llevaba cosas de comida, no le cobraron el arriendo del lugar donde se quedaba y en teoría donde iba a pasar unos días con el hombre que no conoció.
Ahora Raquel escribió un mensaje a su hermano, está estudiando la posibilidad de quedarse en ese lugar y fundar la escuela.
Siente que llegó hasta allí por algo y que la necesitan.
¿Tú qué harías te quedarías en ese lugar a ayudar a la gente, seguro sin la posibilidad de encontrar el amor o volverías a tu vida tradicional?
Final historia de Karina: Ella decidió contarle toda la verdad a su esposo, pero el reaccionó de muy mala forma, no podía perdonar el asesinato de su hijo.
La pareja se separó y Karina se dedicó completamente a la recuperación de su hijo de las drogas y a la defensa legal en su caso.