Orarle a Dios también ha sido una excusa para violar la cuarentena. En Santa Marta las autoridades descubrieron una casa con más de 50 personas orando.
Se encontraban violando todas las normas de bioseguridad establecidas, inclusive había niños acompañando a sus mamás, bebés de brazos y hasta personas de la tercera edad, algunos de ellos sin tapabocas.
La convocatoria la hizo un pastor venezolano quien llamó a sus seguidores a su propia casa sin importarle las condiciones de salubridad especiales por las que pasamos.
Fueron los vecinos quienes dieron aviso a la policía preocupados por el alto riesgo de contagio mientras los asistentes se justificaron diciendo que estaban pidiendo a Dios para que acabara con el Coronavirus.
Las autoridades enviaron a todo los asistentes a sus casas, les recordaron que aún no están autorizadas las reuniones religiosas y tanto el dueño de la casa como el pastor recibieron una multa por este hecho.