La historia de Helene Pruszynski empieza con una oportunidad laboral que la llevó a trasladarse de Denver Colorado para Massachusetts.
Una emisora local la contrató como pasante y aunque debía hacer una larga jornada en bus desde el trabajo hasta la casa de sus tíos donde llegó a vivir.
Sin embargo un 16 de enero salió normalmente del trabajo, tomó el bus de la misma ruta de siempre, pero nunca llegó a casa.
Su familia por supuesto reportó a la policía lo que estaba sucediendo.
A pesar de los esfuerzos por encontrarla a tiempo a la mañana siguiente la policía informó a la familia que la habían encontrado sin vida.
Más que perderla para la familia fue terrible enterarse, que quien la asesinó abusó de ella antes de hacerlo y que después le dio nueve puñaladas en la espalda, para finalmente dejarla abandonada en un lugar cualquiera donde nadie podría encontrarla fácilmente.
La policía halló un testigo que vio un hombre extraño en la zona y dio una descripción lo más detallada posible, sin embargo pasaron días sin que lograran dar con el culpable.
En la escena recuperaron ADN posiblemente del asesino, pero era información que no servía mucho en ese momento a los investigadores, ya que no estaba muy avanzada la tecnología en este momento
Unos años después, la familia no se había rendido en su búsqueda de justicia y a un investigador se le ocurrió ingresar el ADN en las bases de datos que usa el estado para realizar las pruebas de paternidad.
De esta forma encontraron dos posibles sospechosos que fueron investigados inmediatamente, uno de ellos fue descartado y el otro daba luces de resolver el caso.
Las coincidencias empezaron, descubrieron que el hombre llamado James Curtis Clanton vivía en la zona del asesinato en ese momento, ya había tenido una condena por violación que le había dado libertad condicional justo por los días del asesinato de Helene.
La policía empezó a seguirlo y uno de ellos encubierto habló con él en un bar, después de que terminó su cerveza el policía guardo la lata y pudo sacar la definitiva del ADN.
Este hombre era el asesino y violador.
Fue detenido y acusado del asesinato, ya que el cargo de abuso ya había prescrito, desafortunadamente los padres de Helen para este momento ya habían muerto y no pudieron ver los esfuerzos policiales.
Después de 40 años de su muerte, el verdugo de Helen confesó sus crímenes, pocos familiares pudieron escucharlo, pero aunque tardó la justicia llegó.
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