En México Andrés Filomeno Mendoza Celis, un hombre de 74 años, al parecer llevaba más de 30, torturando y asesinando mujeres en el sótano de su casa, en la colonia Lomas de San Miguel en el municipio de Atizapán de Zaragoza en México, ahora es conocido como ‘el feminicida de Atizapán’
Después de tener sus movimientos completamente controlados durante años, una visita inesperada lo puso al descubierto.
Reyna González de 34 años fue su última víctima, ella y su esposo le tenía un poco de lástima, porque lo veían solo y en condiciones económicas difíciles, sin embargo Bruno el esposo de Reyna no confiaba plenamente en él, tenía un presentimiento sobre el hombre, a pesar de que parecía un vecino cualquiera.
No generaba problemas, todos los días salía a trabajar en una carnicería, cumplía sus turnos y algunas noches iba a bares a tomarse un trago con conocidos, a veces conocía mujeres en estos lugares, lo cual era normal, porque era un hombre solo. Inclusive en su casa tenía un apartamento arrendado a una pareja con dos hijos.
Pero el pasado viernes, Reyna se despidió en la mañana de su esposo y quedaron de encontrarse en la tarde, porque comprarían algunas cosas para el negocio de celulares de Reyna sin embargo, ella nunca llegó.
Bruno empezó a buscarla en los lugares donde sabía que ella iba a ir y en medio de su desesperación al llegar a la casa de Andrés optó por entrar a la fuerza. Sabía que su mujer le iba a llevar dinero con el que acostumbraban ayudarle, sin embargo nunca imaginó que la escena que vería al entrar, cambiaría su vida.
Cómo Celis no le abrió, se decidió por tumbar la puerta y al entrar pudo reconocer a su mujer, tirada en la mesa de la casa, sin vida y descuartizada, Andrés estaba en pleno trabajo.
Fue así como pudo denunciar al psicópata quien fue detenido de inmediato.
Pero las sorpresas no terminan allí, cuando las autoridades mexicanas llegaron a examinar la casa de Andrés encontraron restos de mujeres que presuntamente torturó y asesino desde 1991. La mayoría de las cosas las tenía escondidas en un sótano secreto, en el que probablemente las torturaba para que nadie pudiera escuchar sus gritos de auxilio.
Además encontraron pertenencias de las mujeres que las guardaba como trofeos y varias agendas con nombres de 29 mujeres y fechas en las que probablemente las asesinó, datos del peso de cada una de las partes que les iba cortando, debido a que era carnicero sabía hacer cortes perfectos en los cuerpos, cuchillos, machetes, segueta, maquillaje, ropa de mujeres y 20 grabaciones en VHS.
Como si esto no fuera suficientemente espeluznante los investigadores judiciales, encontraron los rostros de las mujeres víctimas, los había tazado de forma perfecta, separando la piel y el cabello de los músculos de la cara y la cabeza, las tenía conservadas con sal y otros elementos, de tal forma que parecían casi vivas, algunas colgadas sobre muebles, cerca de su cama, según análisis de psicólogos criminales, lo que buscaba su mente, era que las mujeres se quedaran por siempre con él.
Andrés no escogía sus víctimas, al parecer quienes terminaban es su sótano, era mujeres en su mayoría jóvenes que él cortejaba, algunas le aceptaban regalos o invitaciones, pero cuando él quería establecer una relación, las mujeres lo rechazaban y era allí cuando la locura se apoderaba de su cabeza.
Hasta el momento por medio de pruebas de ADN han logrado establecer la identidad de cinco mujeres más, Norma, Berenice de 20 años, Alyn y Gardenia, todas meseras de bares que frecuentaba y Rubicela quien repartía domicilios de UBER y le llevaba comida hasta su casa.
Se investigan los más de mil huesos y partes de cuerpos encontradas, para lograr establecer la identidad de la mayor parte de víctimas. Fue necesario ingresar a la casa retroexcavadoras para abrir huecos en el interior, debido a que notaron que los huesos estaban enterrados en diferentes lugares de la casa.
Esta detención ha avivado la esperanza de miles de familias, con mujeres desaparecidas y han llegado hasta el lugar pretendiendo encontrar alguna pertenencia que les permita saber si este fue el destino final de su familiar, lo que generó un problema adicional para la policía, para controlar a las multitudes, aunque se necesitarán meses para lograr establecer estas identidades.
Una vez detenido, Andrés confesó algunos de esos crímenes, sin la mínima expresión de arrepentimiento o dolor, lo que dejó a quienes vieron la audiencia, con una sensación de profundo dolor, dijo “lo hecho, hecho está, solo quiero decir la verdad, él vio todo” refiriéndose al esposo de Reyna, mientras una sonrisa sínica se veía en su cara.
Poco después le salieron unas lágrimas, cuando le informaron que nunca saldría de la cárcel.
Andrés fue vinculado con Pedro Rodríguez Villegas, candidato a presidente municipal de Atizapán de Zaragoza ya que, participaba activamente en sus actividades de campaña y trabajó como presidente del Consejo de Participación Ciudadana en el Gobierno Municipal.
Pero Rodríguez negó algún nexo con el hombre, indicó que era un ciudadano más que se acercaba a la sede a participar de las actividades.
Andrés la ha pasado mal en la cárcel, a pesar de estar aislado ha recibido golpizas por parte de otros presos, al punto de tener que trasladarlo a otra cárcel y tener guardia las 24 horas para cuidarlo, porque es necesario garantizar su vida y tener sus testimonios posteriores de los hechos que sucedieron dentro de su casa.
Se trata de uno de los crímenes más grandes que se hayan visto en México, tiene a la comunidad y los medios de comunicación conmocionados, por la frialdad de Andrés y la cantidad de detalles tenebrosos que hay detrás de estos asesinatos.
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