El Papa Francisco anunció esta semana que hará ceremonia de beatificación para la monja colombiana María Berenice Duque Hencker.
La religiosa se destacó por dedicar su vida a la educación y la comunidad de las Hermanitas de la Anunciación fundada por ella misma.
Ahora se le ha asignado un milagro por el cual el Vaticano ha considerado beatificarla. Según cuentan los habitantes de Medellín, Sebastián Vásquez Sierra, quién hoy en día tiene 34 años, a los siete empezó a sufrir de una extraña enfermedad, los dolores eran muy fuertes y los médicos no lograban establecer una cura.
Hasta que un día se desmayó en el colegio, sus padres fueron avisados y el menor llevado a urgencias médicas, sin lograr ningún avance significativo en su recuperación, según dijeron sus profesores era como si el niño se hubiera muerto de repente.
Fue entonces cuando la monja Noelia Corrales intentando ayudar a Sebastián le dio una estampita de la monja Berenice para que le pidiera a ella por su recuperación. Así hizo el niño y fervorosamente le pidió que sanara sus piernas, ya que después de este incidente quedó inmovilizado en silla de ruedas.
En ese momento los médicos ya lo habían diagnosticado con una enfermedad huérfana solo siete personas la habían sufrido en el mundo y le daban tan solo tres meses más de vida.
El niño ya en su casa, resignado a morir en la compañía de su familia, no dejaba de hacer la siguiente oración:
“Madre María Berenice, vos que estás más cerquita de Dios, ándate por un ladito y codéalo y le haces así, y decíle señor, mira a este joven, mira a este niño, que lleva tanto tiempo, tantos años, ya desahuciado, lo mandaron a morir a la casa, le dieron 3 meses de vida, no va a volver a caminar, no puede volver a comer nada, vos que podéis, darle vida a sus piernas y salud a su cuerpo”
Algunos días después, Sebastián estaba en su casa, se dirigió a su cuarto para dormir y sintió que la habitación estaba demasiado fría y unas luces iluminaron su habitación, en ese momento sintió que sus piernas tenían fuerzas y sintió el impulso de levantarse.
Desde ese día hasta hoy ha llevado una vida completamente normal, esta historia ha sido narrada por el propio Sebastián y es el testimonio fundamental para el proceso de beatificación de la hermana Berenice.
Con ella ya son dos colombianas en condición de beatas, que protegen nuestro país.
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