La última vez que la familia de Flaminio Forigua Linares lo vio, fue la noche del 5 de mayo en su propia casa, las cámaras de seguridad confirmaban esa versión pues lo muestran entrando al garaje y nunca más salió.
Desde ese día se encontraba desaparecido, el conductor de SITP, de 58 años, que fue buscado por cielo y tierra hasta que el olor lo delató, dos días después de su desaparición.
Los familiares de Flaminio recibieron una llamada de conocidos, indicándoles que de su propiedad salía un terrible olor, ellos hicieron presencia en el lugar ubicado en el barrio Caracolí de la localidad Ciudad Bolívar y confirmaron el hedor que tenía a la comunidad intranquila.
Flaminio tenía esta vivienda arrendada, por lo que solicitaron permiso para revisarla. Sin embargo, esto no fue posible, las personas dentro de la casa no querían dejarlos entrar y esto se convirtió en una pelea de barrio, que requirió la presencia de la Policía.
La familia Forigua aseguraba que sospechaban que el cuerpo de Flaminio estaría dentro de esta casa, por eso pedían acceso. Los vecinos se unieron para apoyar a la familia y las malas lograron acceder.
Una vez adentro notaron que un espacio del parqueadero, se veía removido recientemente, por lo que las sospechas se hicieron más fuertes.
Sin perder un momento la turba se lanzó a escarbar el piso que se veía removido, a los pocos minutos encontraron el cuerpo de Flaminio. Una parte del cadáver estaba cubierto con cemento, que ya estaba seco, seguramente para evitar ser descubierto tan fácil como lo hicieron, fue allí donde se detuvieron para esperar que las autoridades criminalistas se encargaran del caso.
Este acto, aunque permitió encontrar el cuerpo del conductor, alteró por completo la escena, complicando la labor de los investigadores.
Cerca de la puerta de entrada, según recuerdan los hijos de Forigua, había unos ladrillos pegados, pero ese día los vieron diferentes y al moverlos encontraron entre los ladrillos ropa y zapatos de su padre.
Álvaro Rojas, el hombre que se encontraba dentro del inmueble, fue hallado escondido en una habitación y su actitud fue tachada de sospechosa, también fue detenido en ese mismo momento por las autoridades y fue necesario sacarlo por detrás de la casa y protegido, ya que la comunidad lo quería linchar.
Pero lo único extraño de este caso no es el hallazgo del cuerpo, según indicó Cristian Forigua, hijo de la víctima, la esposa actual de Flaminio, empezó a recibir llamadas amenazantes en las que le pedían dinero por el rescate del hombre y para supuestamente no tener más problemas con grupos paramilitares, como pretendiendo asegurar que ya Flaminio tenía negocios con ellos. El supuesto rescate que pedían era de cinco millones de pesos.
Sin embargo, la familia dice que Flaminio era considerado como un hombre honesto y nunca supieron que tuviera nexos con este tipo de grupos. Pero si surgieron dudas de Álvaro, quien desde el principio no les había caído muy en gracia.
Ahora Rojas es el principal sospechoso del asesinato de Flaminio, las autoridades han indicado como posible causa de muerte un fuerte golpe en la cabeza, mientras que los familiares dicen que su inquilino pudo haberlo golpeado en medio de la discusión por los meses de arriendo atrasado que tenían. Mucho más después de que descubrieron que al parecer el conductor le había prestado una suma de dinero importante a su posible verdugo, esto daría un motivo más a Rojas para propinar el golpe mortal. Sin que las autoridades hasta el momento hayan confirmado estas versiones.
Por su parte Álvaro asegura que él es inocente y que no escuchó tampoco ningún ruido extraño
Además de todo esto los familiares de Flaminio tienen dudas acerca de si el sospechoso actuaria solo, pues según indicaron desde la desaparición del hombre su nueva esposa actuaba de forma extraña.
Les pidió a los familiares que viajaran con ella hasta Fusagasugá, donde visitarían una vidente que les podría decir el sitio exacto donde estaba Flaminio. Pero los familiares sospecharon que el verdadero interés de la mujer era alejarlos del verdadero sitio donde dónde lo habían dejado, ya que estaban muy cerca de encontrarlo.
Hasta el momento se han establecido varios golpes en la cabeza y la espalda de Flaminio, se puede intuir que falleció prácticamente el mismo día que desapareció porque le dio tiempo a sus agresores de enterrarlo y que el cemento se secara.
La casa en la que fue hallado, extrañamente estaba sin la placa de la dirección, lo que lleva a pensar que todo fue planeado, ya que el hombre era bastante organizado con sus cosas y seguramente la habrían quitado para despistar a las autoridades.
Aún le quedan muchos cabos por atar a las autoridades, para lograr establecer la cantidad de personas involucradas en el hecho delictivo y sobre todo los motivos que los llevaron a cometer el crimen.
La comunidad del barrio Caracolí no sale del asombro, pues Forigua era un hombre querido y gratamente recordado por su gente.
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