Carlos Mauricio Cortés Hernández era uno de los empresarios de vehículos más importantes de la ciudad.
Su concesionario de vehículos estaba ocupado por Mercedez, Maserati, BMW y Porsche entre otros, lo que lo posicionaba rodeado de clientes de altos ingresos con la posibilidad de comprar automóviles de lujo.
En lo que seguramente fue un omento desesperado Carlos Mauricio se suicidó el pasado 21 de julio, las autoridades aún no han establecido si realmente fue un suicidio, más teniendo en cuenta las amenazas que estaba recibiendo últimamente.
Según se pudo establecer, Cortés había dejado una denuncia en la Fiscalía sobre hostigamientos y extorsiones de las que era víctima, al parecer por parte de la Oficina de San Andresito la 38.
Según su denuncia las amenazas llegaban de parte de alias El Africano, en su denuncia detallaba amenazas, estafa y extorsión agravada.
También aparece en la investigación Leonardo Zapata Peláez un consultor financiero, quien le debía 2500 millones de pesos a Cortes y le pago con cuatro vehículos de alta gama que ascendían a un valor de 2370 millones de pesos, por lo que aún conservaba una deuda de 130 millones de pesos.
A partir de ese momento empezó el calvario para Cortés, empezaron las llamadas de El Africano exigiendo la devolución de los vehículos, le enviaba fotos de su propia casa y en los mensajes le decía que mataría su familia. Después de meses de angustia y amenazas, Carlos Mauricio devolvió los vehículos y decidió dar por olvidada la deuda.
Pero Leonardo Zapata, frente a la situación denunciada por Cortés, decidió hablar con los medios de comunicación, e indicó que la deuda era solo de 1800 millones de pesos, por eso consideraba que ya la había pagado. Enseguida de que los vehículos fueron devueltos, Zapata abandonó el país y se desconoce su paradero.
Y las autoridades se preguntan por qué Zapata le debía tanto dinero a Cortés, la explicación fue una inversión en criptomonedas, según Zapata había invertido cerca de 3150 millones de pesos y al principio les dio buenas ganancias, pero en determinado momento la moneda colombiana Daylicop se desplomó y perdieron mucho dinero. Fue justamente Zapata quien involucró a Cortés en ese negocio y de allí resultó la fuerte deuda.
Después de salir del país, Zapata intentó contactar a Cortés, pretendía recomprarle los vehículos, tratando de que no perdiera tanto dinero. Entonces lo que Zapata proponía era vender los autos, que Cortés recuperara su parte y le diera a Zapata el resto. Esto teniendo en cuenta que para Zapata el valor de la deuda es de 1800 millones, es decir, 700 millones menos de lo que decía Cortés.
Después de no llegar un acuerdo, Zapata demandó a Cortés por haber vendido los vehículos, indicando que falsificó su firma, pero Carlos Mauricio no los vendió, tuvo que entregarlos a El Africano, que empezó a extorsionarlo justo después de que Zapata le entregara los vehículos.
Esta historia de deudas de grandes sumas de dinero, extorsiones, vehículos de alta gama y evidentes traiciones entre empresarios de alto nivel del país, supera las barreras de la ficción, en la que evidentemente grupos al margen de la ley se encuentran involucrados.
Las autoridades aún investigan si el ahorcamiento de Cortés fue hecho por él o como resultado de sus verdugos que lo tenían atemorizado y a punto del colapso.
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