En la mañana de este viernes falleció en la cárcel Alexey Navalny el más fuerte opositor de Valdimir Putin a quien culpan de este deceso.
Navalny fue un rebelde en su país, organizó muchas manifestaciones para protestar por los actos de corrupción cometidos por Putin, por las permisividades que tenían sobre empresas rusas amigas de Putin y desde Redes Sociales se encargó de develar estas acciones de su país y mostrar, quizá la verdadera cara del gobierno ruso.
Navalny intentó hacer oposición desde la política, por eso en el año 2000 se unió al Partido Democrático Unido de Rusia y desde allí fue creando ideas y cuestionando el gobierno. Pero empezó a ser famoso en el 2006 después de participar muy activamente en la Marcha Rusa, sin embargo, este era un evento nacionalista y por ese motivo su partido lo expulsa.
Así es que crea Movimiento Nacional de Liberación de Rusia, en el 2007 y dos años después se convierte en asesor del gobernador de la región de Kirov.
Pero en 2010 ya empieza a hacer acusaciones directas de los malos manejos del gobierno y en su blog publica documentos que demuestran un desfalco de US$ 4.000 millones en la empresa estatal de oleoductos Transneft.
Enseguida el gobierno le abre una investigación en por un negocio de madera estatal cuando aún era asesor del gobernador, seguramente esperaban callarlo de esa manera.
En el 2011, después de un nuevo triunfo de Putin, lidera las protestas por el resultado de las elecciones, allí es detenido y encarcelado y en cuanto es liberado crea la Fundación Anticorrupción, que busca investigar hechos de corrupción en Rusia.
Y la historia se repite en 2012 cuando nuevamente es detenido en protestas por el gobierno de Putin y el gobierno nuevamente lo acusa por malversación con el empresario Petr Ofitserov en la misma empresa de madera. Esta vez los dos hombres son condenados a cinco años de prisión, por declararlos culpables, sin embargo, apelan el veredicto y pueden esperar en libertad un nuevo juicio.
A su vez se postula como alcalde de Moscú, pero saca solo un 27% de votos y suspenden su sentencia en la apelación.
Pero en 2014 la sentencia que tenía suspendida se activa nuevamente y es sentenciado a tres años y medio. En 2016 interviene El Tribunal Europeo de Derechos Humanos porque Navalny no tuvo derecho a un juicio justo, esta vez sale ganando y el estado debe indemnizarlo con ocho mil euros además de los gastos.
Aquí empieza una parte tenebrosa de la historia del opositor, que nos recuerda las historias de espías rusos y la guerra fría, pues en 2017 en la calle es salpicado con un ácido en la cara y le hace perder la visión de un ojo.
En 2019 tiene una reacción alérgica aguda, cuando se encontraba detenido una vez más por alentar protestas contra el gobierno.
En 2020 cae en un coma causado por un intento de envenenamiento, por un té que le fue suministrado en un avión que lo llevaría a Moscú. Enseguida la ONG alemana The Cinema for Peace Foundation envía un avión para resguardarlo y sacarlo de Rusia.
Es llevado a Alemania donde los médicos determinan que fue envenenado con un neurotóxico del grupo Novichok. Este veneno fue usado contra el ex espía ruso Sergei Skripal y su hija, Yulia Skripal,en el 2018.
Sorprendentemente en su conferencia anual Putin, asegura que si los servicios secretos hubieran querido matar a Navalny lo habrían hecho, pero que lo dejaron con vida porque su esposa lo pidió.
También se revelan informes en los que se demuestra que durante más de 10 años persiguieron a Navalny intentando envenenarlo y el agente Konstantin Kudryavtsev, del grupo élite de toxinas en el FSB de Rusia cuenta como logró hacerle beber en el avión.
En el 2021 Navalny vuelve a Rusia porque su juicio se lo exige y porque lo están acusando de violar su libertad condicional, es detenido justamente en su llegada en el aeropuerto y es enviado a la cárcel. Así se va empeorando su situación, es acusado de xenofobia por comentarios que hizo en sus redes sociales. Finalmente, en 2022 es condenado a nueve años de cárcel por robos que realizó a su propia fundación.
En 2022 es trasladado a una cárcel de Máxima Seguridad en Melekhovo, un lugar muy apartado, a 45 horas de Moscú en tren y un sitio que tiene condiciones climáticas casi imposibles. Allí es condenado a 19 años más de prisión por cargos de extremismo.
En 2023 sus abogados informan a la opinión pública que desconocen el paradero de Navalny que los están acusando de terrorismo y que antes de perderle la pista él pudo informarles que estaba siendo inyectado con algo que no sabía que era y que seguramente intentaban matarlo nuevamente.
En enero de 2024 denunció las condiciones en la que se encontraba, indicó que su juicio estaba detenido y que estaba siendo víctima de abusos y maltrato, además del líquido desconocido que a diario le inyectaban.
Finalmente, en la mañana de hoy las autoridades rusas anunciaron su muerte.
Seguramente Alexey Navalny tenía conocimiento de muchas más cosas de las que salieron a la luz pública, pero también envía un mensaje del poder de Putin y hasta donde es capaz de llegar con un enemigo.
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