• mié. Jun 25th, 2025

Red que vendía armas desde el Ejército

Una investigación de varios meses permitió descubrir una red criminal que traficaba armas y municiones desde el propio Ejército colombiano hacia las disidencias de las FARC. Lo más grave: entre los capturados hay militares activos, que usaban su cargo para sacar armamento y venderlo de forma ilegal.

Todo empezó con un movimiento sospechoso

Las autoridades comenzaron a seguirle la pista al grupo luego de notar irregularidades en los inventarios de algunas unidades militares. Faltaban balas, piezas de armas y documentos no cuadraban. Al revisar más a fondo, descubrieron que algunos soldados estaban sacando municiones y armas, escondiéndolas en vehículos oficiales, y entregándolas a intermediarios que luego las vendían al mejor postor.

Ese armamento terminaba en manos de grupos armados ilegales, especialmente en el oriente del país, y en algunos casos, era intercambiado por drogas como base de coca y cocaína.

El grupo usaba varias casas en Bogotá, en barrios como Chapinero e Isla del Sol, para guardar el material bélico antes de moverlo. Zipaquirá también fue clave, ya que ahí se realizaron algunas entregas y encuentros logísticos. La ruta que seguían luego llevaba las armas hacia zonas con presencia de grupos armados ilegales.

Las armas no solo eran vendidas: también las intercambiaban por droga, lo que indica que la red no solo era de tráfico de armas, sino también tenía vínculos con el narcotráfico.

En total, las autoridades lograron identificar a trece personas involucradas. En operativos realizados en Bogotá, Villavicencio y la vía que conecta Melgar con Bogotá, capturaron a cinco de ellas.

Entre los detenidos hay dos soldados activos del Ejército, un exintegrante de las FARC que había dejado las armas en el proceso de paz, y varios civiles que se encargaban de la logística y las conexiones con los grupos ilegales.

Durante los allanamientos, se incautaron más de 4.400 cartuchos de diferentes calibres y más de un kilo de base de coca. También se encontraron celulares, registros de transferencias de dinero y documentos falsificados.

¿Cómo funcionaba la red?

Los soldados activos aprovechaban su acceso a los depósitos del Ejército para sacar las armas y la munición en pequeñas cantidades, de forma que no se notara. Luego las llevaban en carros oficiales hasta las casas usadas como bodegas.

Después, los demás miembros del grupo las recogían, armaban los paquetes y los enviaban hacia el oriente del país, donde eran entregados a las disidencias. A cambio, recibían dinero o droga.

Este caso ha generado preocupación entre las autoridades. Que miembros activos de la fuerza pública estén involucrados en estas redes no solo es una falta gravísima, sino que pone en riesgo la seguridad del país.

“El Ejército debe ser ejemplo para todos, no parte del problema. Vamos a tomar todas las medidas necesarias”, señaló un vocero de la Fiscalía.

El general William Salamanca, director de la Policía Nacional, también se pronunció: “No vamos a permitir que haya uniformados que tomen caminos equivocados y violen la ley. El que la hace, la paga”.

Las investigaciones continúan, y no se descarta que haya más implicados. Por ahora, los capturados enfrentarán cargos por concierto para delinquir, tráfico de armas, tráfico de estupefacientes y uso indebido de bienes del Estado.

Las autoridades hacen un llamado a denunciar cualquier hecho sospechoso y recordaron que toda la información será tratada con reserva.

Este golpe al crimen organizado deja claro que, aunque hay quienes traicionan su deber, también hay instituciones vigilantes que trabajan para que estos casos salgan a la luz.

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