El Tribunal Superior de Bogotá ratificó la condena contra Amanda Azucena Castillo Cortés, exrectora del Gimnasio Castillo Campestre, por su responsabilidad en los delitos de falsa denuncia y ocultamiento, alteración o destrucción de elemento material probatorio, relacionados con el caso de Sergio Urrego, el joven que se suicidó en 2014 tras ser víctima de discriminación en su colegio.
En segunda instancia, la magistrada Eva Ortega redujo la pena inicial de 10 años y 8 meses a 8 años y 8 meses de prisión. Además, se le concedió el beneficio de prisión domiciliaria y se le impuso una multa de 500 salarios mínimos legales vigentes.
Durante el proceso judicial, se evidenció que Castillo Cortés promovió una falsa denuncia de acoso sexual contra Urrego, basada en su relación sentimental con otro estudiante. Esta acusación, junto con otras acciones discriminatorias, contribuyó al deterioro emocional del joven, quien se quitó la vida el 4 de agosto de 2014.

La madre de Sergio, Alba Reyes, expresó su satisfacción por la decisión del tribunal, destacando que, a pesar de las dilaciones en el proceso, se logró evitar la prescripción del caso. La Fundación Sergio Urrego, que ella lidera, manifestó en redes sociales que este fallo sienta un precedente importante para prevenir la discriminación por orientación sexual en las instituciones educativas del país.
Este caso ha generado un impacto significativo en la sociedad colombiana, llevando a reflexionar sobre la importancia de garantizar entornos escolares inclusivos y respetuosos de la diversidad. La condena a la exrectora se suma a las sanciones previamente impuestas a otras autoridades del colegio, como la exveedora Rosalía Ramírez y la expsicóloga Ivonne Cheque, quienes también fueron halladas culpables por su participación en los hechos que llevaron a la trágica muerte de Sergio Urrego.
La confirmación de esta sentencia representa un paso hacia la justicia y la reafirmación de los derechos de los jóvenes a vivir en un ambiente libre de discriminación y prejuicios.