• mié. Jun 25th, 2025

Este jueves 5 de junio de 2025, Luis Alberto “Lucho” Herrera compareció ante la Fiscalía General de la Nación en Bogotá para rendir su versión libre en el caso que lo vincula con la desaparición forzada de cuatro campesinos en Fusagasugá.

En octubre de 2002, en Fusagasugá, Cundinamarca, cuatro campesinos vecinos de la finca del ícono del ciclismo colombiano, Luis Alberto “Lucho” Herrera, desaparecieron sin dejar rastro. Según exparamilitares de las Autodefensas Campesinas del Casanare, Herrera habría instigado el crimen, pagando 40 millones de pesos a cambio de que eliminaran a las víctimas por negarse a venderle sus tierras, bajo el falso pretexto de colaborar con la guerrilla. Los cuerpos habrían sido enterrados en la propiedad del exciclista.

Durante años, el silencio cubrió el caso. Las familias de las víctimas no recibieron respuestas ni apoyo oficial para esclarecer el caso. Sólo algunos rumores entre vecinos y antiguos paramilitares hablaban de desapariciones forzadas vinculadas a Herrera, pero sin pruebas contundentes ni investigación formal.

El caso salió a la luz pública a raíz de los testimonios rendidos por tres exintegrantes de las Autodefensas Campesinas del Casanare ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Durante sus versiones libres, estos exparamilitares señalaron directamente a Lucho Herrera como presunto autor intelectual de la desaparición de cuatro campesinos en 2003. Las declaraciones, que permanecían bajo reserva desde 2014, fueron conocidas por la opinión pública en abril de 2025, mientras que la presión mediática obligó a la Fiscalía a reabrir el caso y citar al exciclista a rendir versión libre.

El lunes 21 de abril de 2025, un juez emitió una orden para vincular formalmente a Herrera a la investigación por desaparición forzada, tras analizar declaraciones de los dos paramilitares que afirmaban haber actuado en nombre del ciclista. Fue un día decisivo: Herrera pasó de rumor a imputado en un proceso penal.

Tras la orden judicial, Herrera negó enfáticamente los señalamientos. Declaró que él se había ganado la vida con honestidad, “jamás pertenecí a organizaciones criminales” dijo y calificó las acusaciones como un ataque a su legado. Sin embargo la investigación avanza mientras se hizo eco del escándalo a nivel mundial.

En mayo, los familiares de Víctor Rodríguez, José del Carmen Rodríguez, Gonzalo Guerrero y Diuviseldo Torres rompieron con el silencio. Exigieron “una verdad completa” y denunciaron que recibieron amenazas. Afirmaron que sus seres queridos estaban viviendo tranquilos, sin vínculos guerrilleros, lo que sugiere que fueron víctimas de un cruento despojo de tierras.

Este 5 de junio de 2025, Herrera acudió al búnker de la Fiscalía en Bogotá para rendir versión libre, así como su hermano Rafael. El proceso busca esclarecer si él fue el cerebro detrás de la orden de desaparecer y asesinar a las víctimas.

De ser hallado culpable de desaparición forzada y homicidio agravado, Herrera enfrentaría penas que podrían acumular décadas de prisión, según el Código Penal colombiano. Además las familias podrían exigir la devolución de los predios y reclamar indemnizaciones por daño moral, psicológico y económico, especialmente ante la JEP.

Este caso no solo expone posibles crímenes atroces cometidos hace más de dos décadas, sino que revela las complejas conexiones entre paramilitarismo, avaricia de tierras y total impunidad en Colombia.

Si Herrera resulta culpable, no solo sería una caída estrepitosa para una figura del deporte nacional, sino un precedente crucial en la lucha por la memoria histórica, la justicia y la reparación a las víctimas del conflicto.
El proceso contra Lucho Herrera plasmó un relato de poder, dinero y silencio. La justicia y la sociedad esperan que no se transforme en otro caso de impunidad. Las próximas audiencias y resultados son clave para determinar si una leyenda del ciclismo será recordada por su gloria o por su presunta responsabilidad en crímenes atroces.

La diligencia de hoy duró aproximadamente dos horas, se llevó a cabo ante una fiscal especializada en derechos humanos. A la salida, Herrera no ofreció declaraciones a la prensa, pero a través de un comunicado expresó: “Hoy nuevamente pongo el pecho, como lo hice en las más empinadas y dolorosas batallas de mi vida deportiva, con la tranquilidad de quien acude con la verdad” . Su abogado, Hernando Benavides, reiteró la inocencia de su defendido y afirmó que las acusaciones provienen de testimonios infundados de exparamilitares que buscan beneficios judiciales.

La Fiscalía continuará con la investigación para determinar la veracidad de los hechos y la posible responsabilidad de El Jardinerito en este caso.

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